Dibujo: Jason
Editorial: Astiberri
Formato: Libro Rústica. 48 Páginas
Precio: 12€
Calificación: 7.5/10
Si pudiéramos comparar cualquier trabajo de Jason de los ya recomicdados hasta la fecha por estos lares con una receta culinaria, la mejor forma de definir las creaciones del autor sería a través de esas insospechadas fusiones a las que gente como Arzak o Adriá tanto nos tienen acostumbrados en los últimos tiempos y que han dejado atrás conceptos en su momento tan revolucionarios como la nouvelle cuisine para ofrecernos deconstrucciones y estrambóticos experimentos con nitrógeno líquido u oro en polvo.
Maestro en esto de servir como crisol de influencias de lo más variopintas, Jason nos ofrece en No Me Dejes Nunca un nuevo recital de imaginación portentosa en la que confluyen inesperadas referencias cinematográficas y, en esta ocasión, todo un repaso a la generación de escritores que hicieron grande a la literatura universal desde el viejo mundo. Para ello, Jason sitúa la acción en el París de 1920, y nos va presentando, como sólo él sabe hacerlo, a Hemingway (curiosamente el título original del tebeo), Scott Fitzgerald, James Joyce, escritores todos que por aquel entonces frecuentaban las calles más bohemias de Montmartre.
Pero claro está, viniendo de Jason uno debe esperarse lo extraordinario, y en este caso el toque de genialidad del autor noruego es convertir a estos tres grandes literatos y a otros que aparecen citados (genial la referencia a lo confuso de la narrativa de Tolstoi con tantos personajes) en autores de cómics que pelean día a día por buscarse la vida en un competitivo mundo. Una situación que, obviamente, sirve de reflejo directo de lo que en el mundillo del noveno arte es una constante.
Y si esta curiosa conversión, que como ya he dicho da para chistes de un humor bastante ácido, no fuera suficiente, a la mitad del relato Jason se quita un disfraz, para ponerse otros dos muy diferentes con nombres propios: Akira Kurosawa y Stanley Kubrick. La forma en la que ambos cineastas relataron Rashomon y Atraco Perfecto es tomada como préstamo directo para narrar un robo desde diferentes puntos de vista envolviendo finalmente la globalidad del tebeo, como ya es constante en él, de una sutil reflexión acerca del amor que viene a sumarse a todas aquellas que le hemos leído con anterioridad.
Sergio Benítez (280)
2 comentarios:
Jo, entre lo que no me he comprado aún el Jason éste al que tanto amor le tienes y yo sigo sin acercarme a él, complicadita está la cosa...
Saludos!
Yo ya no te lo digo más: Jason vale mucho la pena y deberías darle una oportunidad. Cuando lo hagas, házmelo saber para que cambiemos impresiones.
Saludetes,
Sergio
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