jueves, 15 de octubre de 2009

SHENZHEN

Guión: Guy Delisle

Dibujo: Guy Delisle

Editorial: Astiberri

Formato: Libro Rústica. 152 Páginas

Precio: 18€

Calificación: 7/10

Publicado por primera vez por L'Association en el año 2000, tres años antes de que la estupenda Pyongyang viera la luz, Shenzhen revela desde muy temprano en sus páginas lo experimental de su carácter y su innegable cualidad de campo de pruebas para lo que después sería la obra que se desarrolla en la capital de Corea del Norte. Partiendo de la misma premisa argumental que su título posterior (la estancia en una ciudad asiática para supervisar las tareas de animación en un estudio), Delisle se muestra titubeante y algo torpón durante buena parte de las ciento cincuenta y dos páginas de que consta el volumen editado por Astiberri.

Por espacio de un mes (dos semanas más de lo que después estaría en la capital norcoreana) el autor vive en un país cuyas costumbres, quizás algo más relajadas que las de los habitantes que viven bajo el régimen impuesto por Kim Jong-Il, no resultan por ello menos surrealistas a los ojos de un occidental: las abarrotadas (y públicas) consultas de los dentistas; los irreales parques temáticos que reproducen a escala y sin mucha exactitud lugares del mundo "exterior"; la dieta, en la que hay cabida para cualquier clase de carne, incluida la de perro; las diferencias entre la ciudad donde se desarrolla la acción y Hong-Kong, mucho más abierta a occidente o el singular hermetismo de los chinos, con su particular sentido de la educación son algunas de las idiosincrasias que Delisle, haciendo gala del sentido del humor que ya le descubrieramos en Pyongyang, nos describe en Shenzhen.

Pero como decía en el primer párrafo, aunque la simiente de lo que desarrollará a posteriori se encuentre en las páginas del tomo, el presente tebeo evidencia en exceso su carácter primerizo, acusando el lector una molesta sensación de desencuadre que se prolonga hasta que el autor encuentra el punto exacto de equilibrio entre narrativa visual (de exactas características a su siguiente obra, con el trazo suelto, simple y caricaturesco....casi como si de un storyboard se tratara) y discurso verbal. Una vez Delisle da con la dosificación correcta entre ambos aspectos de este noveno arte que tanto nos apasiona, la lectura de Shenzhen adquiere otro cariz, uno más vivaraz, simpático y conseguido que atrapa como ya lo hiciera con Pyongyang y lleva de la mano al lector hasta una más que satisfactoria conclusión.

Sergio Benítez (292)

3 comentarios:

Marione dijo...

Me encantan los dibujillos de este tio. Mas agradables no pueden ser.

Eso sí, si todas sus obras van en la misma linea, me quedo que la de Pynchunjan. Que fue la primen y esa si que estaba bien.

Como miras por nuestros sufridos bolsillos. ¿Crisis? ¿Que crisis?

Saludazos

sebelo2 dijo...

Jejejeje, hombre crisis hay, y siempre que se pueda ayudar pues se ayuda, que no está la cosa para ir despilfarrando si se puede evitar.
Saludetes,
Sergio

JA dijo...

En verdad, creo, que Shenzhen es anterior a Pyongyang, aunque Astiberri publicó primero la segunda.
A mi también me encanta este autor. Sus libros son estos programas de TV que ahora están tan de moda: españoles en el mundo, castellano-manchegos por el mundo, madrileños... Aprender leyendo tebeos, ja.